Circos populares en la ciudad de Medellín
Un proyecto hecho con el apoyo de una beca otorgada por la ciudad de Medellín como parte de su programa de Estímulos para la Cultura del Municipio de Medellín · 2008





































































































Circo Beat fue un proyecto que inicié al principio de 2008 y que estuve a punto de abandonar hasta que conseguí financiamiento por ganar una beca de los Estimulos para la Creatividad del Municipio de Medellín.
La idea había tenido un tiempo antes de iniciar el proyecto, después de encontrar un circo pequeño por una quebrada – La Iguaná – cerca al centro dela ciudad. Se llamaba Circo Titanic y volví a charlar con su dueño, a quien conocí por el nombre de Crispetas – su personaje de payaso.
Conocí diferentes personas con el circo, entre ellos la contorsionista, una mujer desplazada de Urabá con cuatro hijas, también contorsionistas, por cuatro padres diferentes y Guillermo, un señor que comía y se bañaba en vidrios rotos, yacía sobre una cama de clavos y soplaba fuego quien se había unido con el circo cuando éste pasó por su barrio. Casi todo el mundo parecía estar hujendo de algo y en el circo encontraba su lugar.
“Quien vive en el circo trabaja en el circo,” me decía Mario. Él era el dueño de Circo Danyer que encontré en la Comuna 13 en el periodo después de la reinserción de los grupos paramilitares, cuando caminaba la ciudad con mis cámaras colgando de mis hombros como un arbolito de navidad. (Estuvimos en la época de la Don-Bernabilidad de Medellín y supe que nadie me iba a hacer nada como que nadie tenía permiso ni robar ni agredir en los barrios de las laderas).
Mario había comprado la carpa de Crispetas cuando el Titanic se hundió como negocio. En lugar de la colección de almas flotantes que presentaba funciones bajo la carpa del Titanic que yo había buscado y rastreado por los barrios, ya se presentaba el circo de Mario y su esposa Elizabeth. Consistía de sus tres hijos, una muchacha y su hermana que habían adoptados cuando fueron abandonadas por sus madre, el clown Henry y su nieto Edison (a quien le habían asesinado la madre) y Raúl y Liseth, una pareja que hacían cuerda, contorsiones, malabares y una cantidad de otras cosas.
La vida en los circos es una muy dura. Me fascinaba y por eso decidí seguir la vida de los cirqueros pero también mi vida estaba naufragando económicamente. Me preguntaba si podría hacer otro proyecto “por el gusto” como solía me pasar desde que había llegado a vivir Medellín? La respuesta fue “No” pero justo cuando iba a renunciar el proyecto, vi pasar por la tele una nota diciendo que habían prorrogado una convocatoria del Municipio de Medellín para concursar y de pronto ganar una beca para financiar un proyecto fotográfico.
Circus Portraits



















Apliqué, gané y pude realizar Circo Beat con un apoyo económico de los Estimulos de Cultura del Municipio de Medellín.
Aquí les comparto algunas de las fotografías del proyecto y espero que en el futuro les puedo compartir una cantidad de anécdotas sobre las vivencias duras de los circos populares de Medellín.
Cuando miro hacía atrás en el tiempo, me doy cuenta que fue un trabajo que hice en fotos pero hubiera sido mucho más fascinante seguir como un documental en video, que yo no hacía en ese entonces.
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